Por Miguel Álvarez Garós
Desde nuestra infancia , es familiar para todos nosotros , aquellos juegos lúdicos en los que interviene el azar a través de los dados.
La suerte se nos manifiesta con la numeración o el dibujo de un cubo , perfectamente equilibrado en donde en sus caras hay dibujados unos números o unos símbolos que serán indicativos de nuestra buena o mala suerte.
Con los dados se puede avanzar o retroceder , o simplemente ganar.
Es el complemento de muchos juegos como la oca , el parchís , etc ; o en otros juegos pueden echarse directamente comparando el resultado con los demás compañeros y determinando si hemos ganado o hemos perdido.
En todas las latitudes del mundo se tiene constancia de su utilización y desde épocas muy remotas , la humanidad se ha entretenido con ellos.
Pero que los dados se utilicen en multitud de juegos no debe hacernos olvidar que con los dados en sí , se puede jugar y probablemente el origen del juego de azar se originase con juegos que se utilizaban dados.
Cuando investigamos el origen , la etimología de la palabra dado , nos encontramos con tres posibilidades distintas e incluso contrapuestas.
Sabemos que la palabra “dado” es común a todas las lenguas romances y que solo en francés (dé) toma una forma más diferenciada.
Los franceses hacen derivar dé dela palabra latina “datum” , participio pasado de dare que significa “dar”.
Sin embargo no tienen ningún inconveniente en hacer derivar hasart ( azar )
del árabe az-zahr que significaría juego de dados.
Pero si entramos en el mundo romano en el que los juegos de dados estaban muy difundidos , vemos que para designar la palabra “dado” del juego , lo hacen con la palabra “tessera” que a su vez designa las contraseñas , claves , etc , empleadas en la vida militar.
Por supuesto que en la milicia es necesario decir la contraseña codificada , exactamente lo que en lenguaje vulgar sería “acertar” la clave y en ese acertar nos va la vida frente a un puesto de vigilancia.
No parece desatinado identificar al dado de la suerte con el acierto de la contraseña.
Pero independientemente de todo ello ya comenzamos a relacionar el juego de los dados con la milicia y por ello posiblemente “importado” de fuera de Roma.
Si analizamos la palabra española azar , observamos cómo en la Edad Media se asociaba a la cara desfavorable del dado y más antiguamente al lance desfavorable de los dados.( Es decir “mala suerte” ).
La palabra árabe zahr , significa flor y como hemos visto anteriormente , az-zahr , juego de dados.
La identificación de flor con dado , parece ser debida a la flor que en una de sus caras debían llevar grabada los dados.
Podríamos pensar pues , en el origen árabe de la palabra dado puesto que en árabe , dad significa juego.
Además en persa existe la palabra “dada” que va ligada siempre con la idea de juego.
Por ello podemos pensar que el origen del juego de dados se oriental y probablemente su nacimiento esté en Irán.
Queda la incógnita de que la pérdida en el dado esté en obtener una cara con una flor. ¿Por qué se asocia a la flor con el perder?.
Probablemente encontremos la explicación cuando conozcamos los dibujos de las otras caras. Hasta ese momento nos tendremos que contentar con pensar que la palabra dado , no es de origen latino ni deriva del dare romano.
Zaragoza a 18 de mayo de 1994.
Miguel Álvarez Garós
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